Review – God of War

DESARROLLADOR: Santa Monica Studio
PUBLISHER: Sony Interactive Entertainment
FECHA DE LANZAMIENTO: 20/04/2018
Habían pasado cinco años desde el último título de God of War, y para mal, Sony y Santa Monica Studio se dieron cuenta que la saga no tomó el mejor rumbo, por lo que decidieron dejarla reposar un buen tiempo. Esto se reflejó en el producto final, ya que lejos de dormirse en los laureles, y dejando de lado la estupidez que todo el mundo critica sobre que tanto el 4K del PS4 Pro, así como el 4K del God of War 4, no es nativo, se dejó en claro que esta reinvención de la saga llegó con todo para traer a Kratos a esta nueva generación de consolas.
Jugabilidad
Al llegar la nueva generación uno quizás esperaba ver las mismas mecánicas que ya se habían visto en las entregas anteriores, pero por suerte Santa Monica pudo darle una lavada de cara a la manera de darle acción a esta nueva entrega. Por supuesto que lo primero que notaremos es el cambio de cámara sobre el hombro y el libre control de la misma, al mejor estilo Resident Evil 4 o The Last of Us. Esto, aunque en un principio pueda denotar una disminución en el ritmo de la acción, con el correr del tiempo podremos adaptarnos ya que hay una buena conexión entre trama y jugabilidad. Kratos ya no es el joven guerrero vigoroso que solía ser en los títulos que vimos en la PS2: ahora es un hombre maduro, con unas cuantas arrugas en la cara, y sus movimientos lentos pero poderosos se perciben en la manera de desplazarse por el escenario, en cómo golpea a sus enemigos o en cómo habla. Ciertamente estamos ante un Kratos que evolucionó respecto a sus versiones anteriores.
Un punto importante es el sistema de combate. Los que venían acostumbrados al sistema de las armas a distancia como las Espadas del Caos, notaron una gran ausencia al principio, ya que la nueva arma de Kratos es un hacha mágica llamada Leviathan, que hará que los enfrentamientos sean más del estilo cuerpo a cuerpo, obligando al jugador a saber esquivar y golpear en el momento preciso para no terminar machacado por los enemigos, los cuales cada uno tendrá su propio patrón de movimiento, pero que no será muy difícil de detectar, además de que Kratos podrá lanzar su hacha y recuperarla al mejor estilo martillo de Thor de Marvel, con tan solo llamarla con su mano. Esto no será necesario para el combate todo el tiempo, ya que además Kratos podrá atacar con su escudo o sus manos desnudas.

Otro elemento que se agregó a los combates es la participación del hijo de Kratos, Atreus, quien lejos de ser una carga a la cual tendremos que defender durante los enfrentamientos, será más una ayuda y la posibilidad de que haya un ida y vuelta entre estos personajes, para ir desarrollando a cada uno y que se expresen como son ante las distintas situaciones que les toquen vivir. Atreus ayudará a Kratos a buscar lo mismo que él busca, a encontrar pistas sobre secretos en los escenarios, advertir sobre los enemigos e incluso más de una vez, salvarlo de una muerte segura, por lo que no es algo netamente negativo.
Algo a favor es la libertad para la exploración. Si bien el juego tiene escenarios algo lineales, sí que podremos encontrarnos con personajes y tareas secundarias para poder mejorar nuestras habilidades de armas y subir de nivel las mismas, lo que hace que podamos elegir entre continuar con la historia o hacer un pequeño desvío para experimentar mejor todo lo que el juego tiene para ofrecernos sin que se sienta fuera de lugar. Previamente necesitábamos solamente los famosos orbes rojos que soltaban desde los enemigos hasta una cajita de madera, pero ahora si queremos mejorar las armas o armaduras tanto de Kratos como de Atreus, necesitaremos elementos particulares para cada uno que tendremos que buscar en los escenarios, lo que hace que la exploración sea casi obligatoria en este aspecto.
Es muy obvio, pero hay que aclararlo. Los queridos QTEs para algunos (y odiados por otros) estarán presentes en esta entrega para definir alguna pelea o ejecución de enemigos, por lo que tendremos que afilar nuestros sentidos para reaccionar con el comando requerido y completar cada acción que figure en pantalla.
Lo bueno de esta entrega ambientada en el mundo nórdico es que está muy bien implementada su mitología, teniendo Kratos la posibilidad de viajar por los distintos reinos mediante el árbol de la vida para cumplir sus distintas misiones, por lo que será recurrente en la aventura el uso del mismo para hacer los viajes rápidos entre reinos.
Y, por cierto, el hacha Leviathan no solamente servirá para el combate, sino que también nos ayudará a la hora de la exploración y resolución de puzzles para abrirnos camino por lugares que en principio parecen bloqueados, por lo que su incorporación antes que sentirse como algo tosco, es más bien práctica.

Aspectos técnicos
Entre todo lo bueno que nos estaba ofreciendo el juego era más que cantado que en algo la iba a cagar, y eso es el tema de algunos glitches y bugs asquerosos que pueden incluso hasta corromperte la partida o hacer que puedas saltearte gran parte de la aventura por horrores de diseño, algo que para estas fechas es imperdonable.
En cuanto a la ambientación no hay mucho que criticar, ya que está muy bien cuidada en todo aspecto: desde el clima, las huellas de pisadas, plantas, viento, agua… todo se nota que fue diseñado a conciencia, explotando al máximo las capacidades gráficas de la PS4. Aun así, hace un poco de agua en lo sonoro: se siente como más de lo mismo, con tracks repetitivos que no tienen mucha diferencia el uno respecto al otro. Aunque no es grave, sí es algo que no le aporta mucho a la experiencia God of War.
Habiendo aclarado de entrada que el juego no tiene 4K nativo, hay que decir que ofrece dos posibilidades para disfrutarlo. Una es la opción de ver el juego con la mejor resolución en 4K (no nativa) o a 1080p para mejorar el rendimiento, dependiendo de los gustos de cada usuario.

La historia
Lo primero que hay que aclarar es que la historia comienza muy lenta, por lo que muchos pueden llegar a aburrirse en las primeras escenas del juego.
Príviusly on Gordos War: Kratos buscando venganza contra los dioses, termina asesinando a todo el Olimpo junto con los Titanes, aunque al final de la tercera entrega se clava a sí mismo la espada del Olimpo para liberar la esperanza en todo el mundo (eso ya es flasheo de Choni). En las últimas escenas vemos como Kratos ya no está donde estaba tirado y solo se ve un rastro de sangre fresca que se dirige hacia un horizonte desconocido.
Ahora en God of War vemos que Kratos sobrevivió a esa herida y termina viviendo en las regiones escandinavas, con los vikingos, los gigantes, los enanos y toda esa gilada que cualquier fan de Manowar estaría orgulloso de ver. Además, Kratos, ni lento ni perezoso, consigue una compañera llamada Faye con la cual tiene un hijo llamado Atreus. Hasta acá venia todo bien, pero el juego nos introduce en la historia unos momentos después que Faye muere y Kratos junto con Atreus están velando su cuerpo para convertirlo en cenizas. Como última voluntad, Faye pidió que esparzan sus cenizas en el monte más alto de la región nórdica, por lo que este será el puntapié inicial de la aventura de nuestro pelado gruñón.
A todo esto, cabe aclarar el muy buen desarrollo que le dieron a Kratos, ya lejos de ser ese intrépido guerrero que actúa sin pensar, ahora lo vemos intentando llevar la vida de un padre, criando a Atreus sin perder los estribos, (ya que no es fácil para alguien que se pasó casi toda su vida en guerras, matando, acostándose con harem de mujeres y demás cosas del diablo). Se pueden ver que los años ya le pesan un poco a nuestro viejo amigo, pero eso no le impide dar las palizas que antaño daba.

Spoilers a partir de ahora. Antes de partir aparece un personaje misterioso queriendo buscar pelea contra Kratos, y acá es donde vemos el primer enfrentamiento en serio del juego. De más está decir que Kratos gana, y esto no hace más que preocuparlo por los peligros que se avecinan al intentar cumplir con la voluntad de Faye, aunque no le queda otra y decide partir junto con Atreus.
En el camino Kratos y Atreus se cruzan con los monstruos y demás bestiario nórdico clásico, como son los trolls, gigantes, enanos y demás, y se hace de una aliada, una bruja llamada Freya que suele aparecer justo en los momentos indicados cuando Kratos se encuentra en un aprieto.
Al llegar a cierto punto de la aventura, Kratos descubre que ese hombre misterioso del principio, lejos de haber muerto en la pelea del inicio, está vivito y coleando, y se trata nada más ni nada menos que de Baldur, uno de los hijos de Odín, uno de los dioses nórdicos más forros en la historia de God of War, quien está acompañado de otros dioses nietos de Odín e hijos de Thor, Magni y Modi, quienes están aparentemente poco felices por saber que hay un dios griego en territorio nórdico.
Junto con la ayuda de un autóctono de la zona, Mimir, y de Freya, Kratos por fin puede alcanzar Jötunheim, el reino de los gigantes. Mientras estaban explorándolo, Kratos y Atreus son interceptados por Magni y Modi, y aunque Kratos logra derrotar a Magni, Modi escapa y además Atreus empieza a sentirse mal, ya que al parecer su cuerpo no puede contener la naturaleza de dios que lleva consigo mismo. Pero a no desesperar que Freya (quien resulta ser una diosa también) le advierte a Kratos que debe dirigirse a Helheim, el reino de los muertos nórdico para encontrar un alivio para Atreus, aunque ahí las criaturas que lo habitan son muy difíciles de enfrentar con las armas que tiene. Es ahí cuando Kratos recuerda que en su cabaña tiene guardadas las Espadas del Caos. En esta secuencia es cuando vemos como Kratos rememora algunas de las cosas que hizo en el pasado además de la reaparición de Athena, quien sigue atormentando a Kratos por sus acciones.

Kratos, con la ayuda de Freya, pueden estabilizar a Atreus, pero Freya le advierte que como Atreus es un dios que suprime sus habilidades sin saberlo, va a seguir recayendo a menos que le cuenten la verdad. Es por esto que Kratos toma la decisión de decirle a Atreus la verdad, quien se lo toma muy bien y además peca de ser engreído por creerse intocable. En uno de estos delirios de grandeza es que termina matando a Modi, quien estaba mal herido por haber sido torturado por Odín por creerlo responsable de la muerte de Magni. Es acá cuando Kratos le da uno de los mejores consejos: la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena. Bueno, o algo así. Hay consecuencias por matar un dios, a lo que Atreus enojado cuestiona a Kratos preguntándole como es que sabe todo eso. Justo antes de obtener una respuesta, Atreus destruye una de las entradas al Jötunheim y termina volviendo a Helheim, aunque esto le sirve para recapacitar sobre la situación y su actitud, además de que Kratos descubre que Baldur es ni más ni menos que el hijo de Freya.
Finalmente, Kratos logra poder regresar a Jötunheim, pero en el camino se cruza con un Baldur furioso con su madre, quien cuando era pequeño le quitó la habilidad de sentir y por eso ahora es inmortal, y al sentir su vida arruinada, intenta asesinar a Freya. Ante esto Kratos y Atreus intentan detener a Baldur para lo cual le tiran una flecha con muérdago, una planta presumiblemente maldita para los dioses, y, al recibir el impacto, pierde sus habilidades de inmortal, por lo que Kratos viendo la necedad de Baldur decide cortar con ese ciclo de ver a los hijos matar a sus padres.
En la resolución de esta escena vemos un conmovedor discurso de Kratos explicándole la verdad a Atreus sobre su pasado. Kratos también había matado a su padre y eso es lo que lo sigue atormentando. Ante esto Atreus no capta del todo y pregunta si esto es lo que significa ser un dios, terminar en enfrentamientos de padres e hijos, a lo que Kratos responde que no, que pueden cambiar eso de ahora en más. Así es como esparcen las cenizas de Faye y vuelven a su cabaña, aunque en la escena final reciben la visita de un misterioso sujeto con un martillo que destella electricidad… ¿quién será?

De más está decir que los reajustes argumentales que le han realizado fueron para mejor. Si bien hay muchas escenas cliché, es claro que los guionistas supieron llevar la historia a donde ellos querían, por lo que no son pocos los que han jugado esta entrega y se han quedado con ganas de la salida del siguiente título.
Conclusión
God of War se siente como lo que debió haber sido el título anterior que para muchos estuvo de más. Marca un cambio en la franquicia como lo fue Resident Evil 4 en su momento y esto es para bien. Si bien tiene sus mierdas no son tan graves como para considerarlo un mal juego, y aunque el ritmo sea lento al principio debido a los tutoriales densos, una vez se nos suelta en el mundo de God of War podremos disfrutarlo de primera mano. Esto, complementado con su durabilidad y el dejar de lado el online para enfocarse al cien por ciento en el juego y su historia, así como el desarrollo de sus personajes, hacen que valga la pena que lo juegues y quedes a la expectativa del próximo título.

Redactor, videoreviewer, jugador de TCG y fan de Pokemon.





