Review – DOOM (2016)

DESARROLLADOR: id Software
PUBLISHER: Bethesda Softworks
FECHA DE LANZAMIENTO: 13/05/2016
Es difícil escribir una introducción que describa algo como Doom. Ya está todo dicho, tan icónico, tan pionero, es el FPS que fundó todo un género que hasta ahora se mantiene, y recordado por todos sus aspectos: la historia, el diseño, los enemigos, las armas, el equipo desarrollador, la violencia. Aunque no sea 1993, ¿puede el nuevo DOOM llevarnos de nuevo a esos tiempos más simples y tan preciados?
Primero lo básico: DOOM es un FPS de acción pura y dura, que no incorpora mecánicas complicadas ni sigue una historia compleja. Lo segundo va más o menos así: estamos en una instalación de investigación en, qué sorpresa, Marte, en la cual se investiga cómo obtener recursos y energía del Infierno. A uno de los directivos de la UAC (Union Aerospace Corporation) se le va la mano y hace un pacto con el Diablo para conseguir poder a cambio de robotizar demonios con armas y tecnología. El DOOM Marine se despierta de un sarcófago, y de ahí hasta el final es matar, aplastar, agujerear y cortar bichos.
Si jugamos alguna vez en la vida algún DOOM, cosa muy probable, lo primero que nos damos cuenta al entrar a la acción es que se mantienen dos mecánicas muy básicas: el movimiento rápido y la ausencia de la necesidad de recargar las armas. Esto hace que a la hora de tener que enfrentarnos a los enemigos, que son los mismos que en el juego original y algunos de la secuela, tengamos que estar en constante movimiento y en búsqueda de munición y salud. Esto no tiene por qué volverse tedioso, ya que gracias a los “Glory Kills” vemos una variación sangrienta y satisfactoria dentro de la monotonía de correr y disparar, pero que a la vez no interrumpen la fluidez de la acción. Hay que agradecer a id Software por poner énfasis en estos eventos, ya que son numerosos y muy distintos (depende de a qué enemigo lo apliquemos y de dónde lo hagamos, vamos a ver cosas distintas, todas igual de violentas). El resto es exploración y buscar las clásicas llaves de colores para avanzar por los mapas.

Los combates se desarrollan con el conocido arsenal de la franquicia: pistola, escopeta, rifle, súper escopeta y la BFG-9000 entre otros; que podremos ir mejorando a medida que matamos más y más demonios y completamos desafíos en relación a esto último. Las mejoras a nuestro equipo son una parte importante del juego, ya que, además de las armas, la exploración es recompensada por mejoras a nuestra armadura: resistencia a las explosiones, radiación, etc. Los enemigos, como dije antes, son los clásicos del pasado: Imps, Cacodemons, Revenants: todos están presentes y no nos van a dar descanso en casi ningún momento. Los demonios ya no esperan en los distintos escenarios a nuestra llegada, sino que ahora aparecen en oleadas variadas y cada vez más numerosas, y son tan ágiles como nosotros. Y si las armas no eran suficiente, hay a nuestra disposición distintos power-ups que nos hacen más poderosos y podemos combinar: velocidad, más daño, entre otros; como también runas que potencian ciertas habilidades, y son conseguidas superando desafíos.
Todo el escenario industrial, la superficie marciana y el mismísimo Infierno se ven geniales. Aunque el juego corra bien en setups algo modestos para los estándares actuales (en PC), si tenés la oportunidad jugalo con los gráficos más definidos que puedas. La sangre, el metal fundido, los efectos; todo se ve espectacular. Y los demonios, con su diseño en alta definición, se ven todavía mejor. Todos los bichos que de chico te asustaban ahora se ven más detallados que nunca. Mención especial a los jefes, aunque hubiera estado buenísimo una versión actual del Icon of Sin. Se nota que id Software le dio mucha pelota al diseño de los personajes, pero no tanto al de los niveles, y la crítica más común que vas a encontrar es que los niveles son, a pesar de entretenidos, bastante flojitos: un espacio cerrado con ítems esparcidos por el lugar y plataformas por las que correr para darle movilidad al juego. Otra cosa es el cambio drástico que sufrieron las secciones del Infierno. Antes había paredes de carne, sangre, huesos, gente descuartizada… Ahora parece algo sacado de una película de fantasía: plataformas de piedra flotante, montañas y una niebla persistente que de verdad deja mucho que desear.

Y qué mejor para acompañar la acción frenética, imparable y violenta de DOOM que una banda sonora que le viene como anillo al dedo. La franquicia pasó de los riffs de thrash de 1993 a una BSO pesada y brusca compuesta por Mick Gordon (Killer Instinct, Wolfenstein: The New Order, Need for Speed: Shift). Nada te inspira más a repartir plomo y plasma que guitarras distorsionadas y un beat frenético.
No hay mucho para decir del multijugador. Puede ser entretenido, pero termina volviéndose aburrido, y más con los DLC con contenido como demonios exclusivos. Se parece a un intento de Unreal Tournament con las armas de DOOM. Lo mismo con el SnapMap, la herramienta oficial de id para crear tus propios mapas y compartirlos con la comunidad. Es una buena adición, pero intenta tapar el hecho de que no hay ningún tipo de soporte para mods en el juego, lo cual extraña muchísimo siendo que la comunidad modder del Doom original es una de las más importantes del mundo y sigue activa hasta el día de hoy, teniendo su ejemplo más claro en el mod Brutal Doom. Una verdadera pena.
Ya cerrando la review, DOOM es un shooter excelente, con una campaña en la que la historia no es más importante que la acción que se desarrolla en todo momento. Si no le prestás atención al multijugador, tenés en frente un juego divertidísimo y difícil para quemar horas y horas.

Editor, productor, responsable operativo interino.
