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Review – Shadow of the Tomb Raider

FICHA TÉCNICA
DISPONIBLE EN: PC – PS4 – Xbox One
DESARROLLADOR: Eidos Montreal
PUBLISHER: Square Enix
FECHA DE LANZAMIENTO: 14/09/2018

Luego de haber sufrido un segundo reinicio tras Legend, las expectativas sobre la franquicia Tomb Raider estaban por el piso. Y no era para menos: se había ido al re carajo con sus últimas entregas a partir de Tomb Raider de 2013, cuando comenzaron con el desarrollo de una nueva Lara que narrativamente dio mucho de que hablar, pero para mal. Veníamos de entregas casi idénticas que solamente buscaban “humanizar” a Lara, simplemente haciendo que llore y se lamente mientras mataba oleadas de enemigos, ya sean animales o (lo más incongruente de todo) o humanos (por lo cual no tiene nada que envidiarle a John Wick).

La historia

Comenzamos muy al estilo The Last Revelation: Lara se dirige a unas ruinas en México buscando un artefacto que se nos revela como la daga de Ixchel. Todo venía bien hasta que Lara obtiene dicha daga, pero se revela que puede desatarse una especie de fin del mundo debido a que no consiguió la caja contenedora del artefacto que se encarga de salvaguardar los devastadores poderes del mismo (algo que recuerda mucho a la entrega de The Last Revelation, donde Lara sin haberse informado se roba un amuleto de Orus en Egipto, lo cual provoca que Lara libere al maligno dios Seth) por lo que sí, estamos en un caso de irresponsabilidad estúpida por parte de la protagonista que se repite, con tantos años y entregas de por medio. Pareciera que no aprendieron nada en cuanto desarrollos narrativos.

Es por esto que Lara se dirige a Perú, en busca de dicha caja contenedora con ayuda de su amigo  Jonah Maiava que viene desde la entrega de 2013, ahora ayudando a Lara para evitar además las operaciones de La Trinidad. Vale aclarar que el antagonista principal, el Dr. Pedro Domínguez, es el líder de La Trinidad y se lleva la daga, pensando en que si obtiene la caja podrá replantear su manera de concebir al mundo, mientras que Lara busca solamente parar el inminente fin del mundo profetizado.

Esta vez en su aventura Lara ve aliados en la tribu Paititi, con los cuales entabla una relación amistosa, quienes le ofrecen su ayuda con misiones secundarias que no le aportan mucho a la trama más que alargar las horas de juego y dejando de lado el inminente fin del mundo para que Lara se ponga a jugar a la cazadora de pumas. No encaja muy bien esto ya que si bien se presentan algunos personajes secundarios con los que se trata de empatizar, no logra hacerlo del todo, más que nada por el hecho de que no tienen un desarrollo como deberían haber tenido, dejándolos en un segundo o tercer plano, con un desarrollo casi nulo de los mismos.

Mención aparte y honor obliga, no puede decir otra cosa que la manera en cómo se nos presentan las costumbres y modos de vida de las antiguas culturas Maya/Inca/Azteca es sobresaliente. Al menos para lo que fue explorar los entornos hizo que no sea solamente buscar un poco de munición extra, si no también encontrar pistas y secretos sobre los lugares que visitamos, haciendo que se rememore un poco más a las viejas entregas en las que el investigar los terrenos era una tarea casi obligatoria.

Al final de cuentas Lara termina enfrentándose en una batalla final contra Domínguez en ahora si una más memorable pelea, ya que apela más al sigilo que al hecho de meter una escena con Quick Time Events que tanto rompían las pelotas en las últimas entregas y dejando abajo totalmente el clímax de la historia. Con el final, viene obviamente los augurios de la restauración del mundo y el alza de la ciudad de Paititi como ahora una zona más prospera, así como una Lara que al parecer ya está en paz con sus figuras paternas, sobre todo con su padre.

Jugabilidad

Ciertamente cabe destacar el cambio de desarrolladora a la hora de que Enix decidió dejarle esta última entrega a Eidos Montreal en lugar de seguir con lo que Crystal Dinamics estaba haciendo. Esto tuvo sus pros y sus contras, pero no dejan de arrastrarse algunos de los errores que se vieron en las entregas anteriores.

En cuanto a lo acertado, la jungla es lo que más tiene como eje central el juego. Ahora si bien tenemos una Lara más experimentada, el entorno logra ser verdaderamente desafiante, ya que al menos se da la opción de eliminar las ayudas en pantallas, lo que (irónicamente) le suma a la experiencia extradiegéticamente. Ya que tenemos muchas fases con una Lara totalmente sola a merced de los animales y enemigos de la jungla, los cuales no dudaran en atacar de la manera más feroz a nuestra protagonista, dejando de lado los enfrentamientos contra enemigos en oleadas interminables (solamente son contados con los dedos de una mano estos últimos) para dejar más lugar a la exploración del entorno con controles bien fluidos. Lara podrá desde escalar, usar el gancho, trepar, saltar y aunque no en mayor medida, es de agradecer que les hayan dado su lugar a las fases de nado, cosa que no estaba muy presente en las entregas pasadas, por lo que es de agradecer su incorporación en ésta, además de hacer curioso el comportamiento de las pirañas, las cuales serán mortales, por lo que sin hacerlo de manera artificial, suma a la experiencia de supervivencia.

La resolución de puzles está a la orden del día nuevamente, siendo que se busca acentuar la visión y perspicacia de Lara a la hora de resolver los mismos, para poder seguir avanzando en la aventura, aunque más de una vez nos perderemos en la jungla, ya que obviamente la aventura no busca darle linealidad a la travesía de Lara por lo que más tarde que temprano nos llegaremos a hartar de perdernos. Esto lejos de ser algo negativo, lo veo como algo mucho más ameno a lo que es una entrega Tomb Raider, ya que se le da más posibilidad al jugador para que se desenvuelva en los distintos entornos, confiando más en el jugador al quitar las ayudas en pantalla que no hacen otra cosa más que indicar la poca confianza que se tiene en los gamers para enfrentarse al desafío que ofrezca la obra. Es realmente bueno tener un entorno totalmente hostil, en donde solamente importe superar los obstáculos impuestos de manera natural, lo que se hacía en esas primeras entregas allá por los 90’s.

Algo en contra son nuevamente esas secciones de “acción” en las que tendremos que correr y escapar del peligro de turno, lo cual remite a las escenas de Uncharted, o quizás más acertado, a las de Silent Hill Downpour. ¿Alguien recuerda las partes en las que en SH Downpour al juego se le ocurría que era hora de correr de lo que sea que fuere esa bola de energía negra porque sí?

Bueno, en Shadow of Tomb Raider pasa exactamente lo mismo. La acción de repente se fuerza a tener que prestar atención de manera forzada en estas fases en las que un error significa la muerte instantánea de Lara. Incluso se nota lo poco verosímiles que son, que les agregaron un autoguardado justo en el momento que empiezan, sabiendo que más de una vez el jugador tendrá más fácil el fallar que salir airoso de una situación que si, por mero capricho videojugabilístico, es artificial a más no poder y encima sin un claro camino hacia dónde ir. Pareciera hecho a propósito el hecho de meter estas escenas forzadas en las que muchas veces tendremos que intentar tres o cuatro veces para probar a donde debíamos haber saltado, lo cual solamente hace que se conviertan en escenas de ensayo y error, cortando a veces con la construcción redondita que venía haciendo con lo antes mencionado.

Nuevamente tenemos un árbol de mejoras que se irá desbloqueando a medida que vayamos ganando puntos de experiencia por eliminar a los enemigos, por lo que acá no hay mucho que decir más que se sigue manteniendo ese sistema de mejoras poco verosímil. A lo que voy es que una mejora más verosímil sería, por ejemplo, lo que se puede llegar a ver en The Last of Us, donde Joel va recolectando distintas herramientas que al encontrar una mesa, podrán implementarse para mejorar algunas armas o aspectos lúdicos (e incluso ahí es poco verosímil9 pero en Shadow of the Tomb Raider solamente se mantiene lo que se venía mostrando en la entrega de 2013 y en Rise of the Tomb Raider, donde Lara tiene que ir a una fogata para hacer las mejoras que “mágicamente” adquirirá, algo desacertado en cuanto a jugabilidad.

Aspecto técnico

Es notable la caída de calidad con respecto a los títulos anteriores, y esto es culpa de Eidos Montreal más que nada. Aun así, se logran mostrar escenarios poco variados que se sienten muy parecidos los unos con los otros, solamente limitándose a marcar bien diferenciados los sitios como la selva, la aldea, la plataforma petrolífera, alguna que otra tumba, pero nada más que eso. No hay mucha variación en los entornos, pero esto se debe a que está todo limitado a la historia. Quizás algunos lo vean como un aspecto flaco de esta entrega, pero no busca llevar los escenarios más allá de estos por lo cerrado del guión. Por lo que ahí no hay mucho para rasgar.

Algo a destacar es, sin lugar a dudas, el voice acting. Contando con un reparto bien representativo, incluso pudimos escuchar con la voz de Mario Castañeda (Goku) como el antagonista principal en la versión latina, aunque cabe destacar que los diálogos con los personajes principales en latino no terminan de transmitir esa desesperación que buscan evocar algunas escenas. Esto empeora todavía más en cuanto a la poca expresión de los personajes a la hora de hablar con Lara, con planos muy feos que no hacen otra cosa más que acentuar esta falla, haciendo muchas veces que las conversaciones sean Lara y otro NPC parados uno frente al otro moviendo los labios y nada más que eso, algo que se nota demasiado cuando a veces tenemos la libertad de escuchar diálogos entre personajes mientras controlamos a Lara y ejecutamos alguna acción en compañía de algún aliado.

Conclusión

No cabe duda que estamos ante la mejor entrega de la trilogía que comenzó allá por 2013, pero siento que, a pesar de eso, no alcanza para llegar a ser un título con el nombre Tomb Raider. Es más que obvio que el juego busca poner a Lara en situaciones explosivas y secuencias de acción rimbombantes, como si se tratara de un Uncharted más, pero el problema es que, a la par de esto, intenta querer profundizar en la “humanización” de Lara como personaje, y eso jugablemente no se transmite si, mientras lloraba por asesinar a un enemigo, en el juego tiene que matar a un ejército completo ella sola. Esto es algo que pasa también en Uncharted, pero esa saga sabe a dónde dirigirse, sin mostrar a un Nathan depresivo por cada enemigo que mata, porque es claro que va dirigido a ser un juego más “pochoclero” sin la necesidad de profundizar en su personaje.

Ese es el problema principal con esta última trilogía de Tomb Raider: mientras busca mostrarnos un aspecto distinto de la protagonista, jugablemente se nos transmite otra cosa totalmente opuesta, por lo que el planteo está mal hecho desde el vamos, desde el titulo del 2013, y se sigue con lo mismo hasta esta última entrega. Lamentablemente la evolución de Lara como personaje es totalmente inexistente, por mucho que se esfuercen en hacernos creer que desde la primer entrega Lara llore por matar un ejército completo y en la última apenas se lamente, no alcanza, para nada.

Shadow of the Tomb Raider

6.5

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6.5/10

Choni

Redactor, videoreviewer, jugador de TCG y fan de Pokemon.