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Battlefield 1 y los horrores de la Primera Guerra Mundial

Más de 60 millones de soldados combatieron en la Guerra que Acabaría todas las Guerras. No acabó con nada.”

Con estas palabras arrancaba el prólogo de Battlefield 1, donde se mostraba lo horrible y lo violenta que fue la Primera Guerra Mundial, La Gran Guerra o La Guerra que Acabaría con todas las Guerras. En esta breve secuencia vamos cambiando de perspectiva de soldado a soldado, cada uno con su destino sellado: la muerte.

Lo peor de todo, es que cada vez que nuestro soldado cae en combate, vemos su nombre y su fecha de nacimiento, demostrando que en ese combate, nuestro soldado no tendría mas de 18 años.

El prólogo finaliza con una cinemática donde un soldado americano de los Hellfighters y un soldado alemán apuntan sus armas pero las bajan. Estos momentos de humanidad estuvieron más que presentes en la Primera Guerra Mundial, el mejor ejemplo siendo la Tregua de Navidad de 1914, donde soldados britanicos y alemanes compartieron regalos, cantos, tragos, algún cigarro e inclusive un partido de fútbol. Ese momento, lamentablemente, no duró mucho.

Battlefield 1 despertó mi curiosidad por este conflicto que es muy pasado por arriba. El juego, desarrollado por DICE, vio la luz en el 2016, mismo año en que Call of Duty daba un salto aún mas grande al futuro. Muy pocas veces este conflicto fue usado para un videojuego, y era la primera vez que un estudio del calibre de DICE ambientaba su juego en la Gran Guerra. Tiempo después, Verdun, un videojuego desarrollado por Blackmill Games, ambientaba también su juego en la primera guerra, con un contexto mucho más histórico.

Quería escribir acerca de esto hace tiempo, ya que Battlefield 1 dio en el clavo en lo que es atmósfera e inmersión en el juego. Tuve el placer de hacer una reseña de este juego hace tiempo pero en este articulo quería enfocarme en el lado más histórico y, justamente, en su atmósfera.

Para ponernos un poco en contexto, la Primera Guerra Mundial inició el 28 de julio de 1914, tras el asesinato de el archiduque de Austrohúngaro Franz Ferdinand en Sarajevo, por manos de Gavrilo Princip, un nacionalista de Bosnia. Tras esto, Austria-Hungría llevó a cabo un ultimátum a Serbia, pero al ver que la oferta de Serbia no fue suficiente, el imperio Austrohúngaro le declaró la guerra. Esto provocó que otros países como Reino Unido, Rusia, Alemania, Francia e Italia se unieran por una red de alianzas entre los paises, quedando los bandos divididos entre la Triple Entente (Francia, Inglaterra y Rusia) y la Triple Alianza (Austria-Hungría, Alemania e Italia), llevando así al inicio de la Gran Guerra.

Duras y sangrientas batallas se libraron a lo largo de esos 4 años, batallas como la de Verdun, Passchendaele o el Somme, quedando como las más violentas y sangrientas en la historia. Esto incluso potenciado por una guerra de trincheras, la invención de un nuevo bólido de batalla (el tanque), el uso de gas mostaza, entre otros. Battlefield 1 retrata muy bien este tipo de batallas en su modo “Operaciones”, donde podremos formar parte de algunas de las batallas ya mencionadas, tomando objetivos y presionando al enemigo a retroceder, o, si estamos en el bando contrario, aguantar a toda costa. Estos modos es lo mejor que pudo ofrecer BF1, ya que no sólo la atmósfera nos atrapa al instante, poniéndonos en la piel de esos soldados sin nombre, sino que también nos mete aún más por la brutalidad de los combates y por su tremendo soundtrack. He jugado en la operación de la Batalla de Verdun y ver ese mapa completamente bajo fuego, combatiendo como un soldado francés, aguantando a toda costa a los alemanes y con un soundtrack que nos pone la piel de gallina es lo mejor de lo mejor que nos pudo haber ofrecido la saga, y me mete de lleno en cómo fue el combate en ese entonces, hace más de 100 años.

El multijugador y su modo operaciones nos lleva por diferentes batallas: la ya mencionada Batalla de Verdun, el desembarco en Gallipoli, la batalla del Somme o inclusive la ofensiva Brusilov en el frente Oriental, y mapas retratando la Revolución Rusa de 1917.

El modo de un jugador nos lleva por diferentes perspectivas de la guerra, como por ejemplo de un joven conductor de un tanque Mark III británico, hasta un piloto norteamericano combatiendo en los cielos de Londres y de ahí a soldado combatiendo codo a codo con Thomas Edward Lawrence por la rebelión árabe. Estas breves campañas también muestran el lado más humano de la guerra.

Pero creo que ni esas campañas ni esos combates en su multijugador me transmitieron la misma sensación que su prólogo. Sentí miedo, shock, al ver soldados que simplemente tiran sus armas y deambulan por el campo de batalla esperando una bala. Me revolvió el estomago ver soldados alemanes aterrados, agarrandose la cabeza, temblando por estar en medio de una batalla horrenda, esperando una bala de mi metralladora. Como dice el narrador una vez que uno de nuestros soldados es abatido en combate: “Vinimos de todas partes del mundo, muchos de nosotros pensando que será nuestra gran aventura. Déjame decirte, no era ninguna aventura.”

Cada expansión del juego añadió más facciones, más batallas y más mapas. La primera, llamada They Shall Not Pass nos traía a Francia como una facción jugable y a diferentes mapas y operaciones, incluyendo la Batalla de Verdun, una de las más brutales de la historia. La segunda, llamada In The Name of the Tsar nos llevaba al Frente Oriental, trayéndonos al Imperio Ruso como facción jugable y mapas retratando la Ofensiva Brusilov contra los alemanes y mapas de la Revolución Rusa. El tercero, Turning Tides, nos mandaba más al Oriente, trayéndonos la operación de Gallipoli y combate anfibio. La última, que lamentablemente tuvo un potencial perdido, fue Apocalypse, trayéndonos las horribles batallas de Passchendaele y el Somme, como también la de Caporetto, enfrentando a Italia y a Alemania. Como dije más atrás, para mi la más inmersiva fue la de Verdun, con mención de honor para la de Passchendaele. Ambos mapas se sienten como si estuviéramos en el mismísimo infierno.

4 años pasaron, y un 11 de noviembre de 1918, a las 11 de la mañana, la Guerra que Acabaría con Todas las Guerras llegó a su fin. 4 años dejando un estimado de nueve millones de muertos en combate y 13 millones de muertes civiles. Sencillamente, fue uno de los conflictos más violentos y más severos de la historia, y esa historia se volvería a repetir en 1939.

Ignacio Ledesma

Editor en jefe. Fanático de los juegos de carreras y la música.